Qué es el 'placemaking'
Coches, ruido, contaminación, estrés... Los espacios públicos de las ciudades no se disfrutan, se evitan. El origen del problema se encuentra en que el diseño urbanístico no piensa en las personas, que pasan a un lugar secundario y pasivo. Así lo ven los defensores del 'placemaking', un movimiento internacional que pretende devolver los espacios públicos a los ciudadanos y transformarlos en algo vivo, en plena evolución, de acuerdo a las necesidades y los intereses de las personas. Para ello, animan a que sean los propios habitantes los que participen en el proceso de diseño y creación de los mismos para que puedan disfrutarlos.
"Demasiado a menudo el diseño urbano se desentiende de lo que quiere la comunidad", asegura un experto
Uno de los impulsores del "placemaking", Fred Kent, fundador y presidente del Proyecto para Espacios Públicos (PPS), destaca el valor fundamental del diseño urbanístico para aumentar la calidad de vida y el medio ambiente en las ciudades: "Si diseñas ciudades para los coches y el tráfico, tendrás coches y tráfico. Si las diseñas para la gente y el espacio, tendrás gente y espacio".
El "placemaking" recuerda que muchos parques y plazas, incluso de reciente creación, están infrautilizados porque se han considerado espacios para mover gente, no para el disfrute de los vecinos. Màrius Navazo, geógrafo del Grupo de Estudios y Alternativas 21 (Gea21), explica que demasiado a menudo el diseño urbano se desentiende de lo que quiere la comunidad, tiende a resultar caro y los proyectos son una especie de obra de arte para ser mirada, sin aportar nada o poco al entorno. "El diseño debe ser producto de la implicación ciudadana, teniendo presente que lo que hace grandes los lugares no es su estética, sino sobre todo lo que la gente hace en ellos, cómo se sienten y lo usan, y cómo se apropian de ellos", subraya este especialista.
Cómo conseguir un buen placemaking
Los expertos en "placemaking" ofrecen varios consejos para que los ciudadanos se beneficien al máximo de esta forma de diseñar los espacios públicos:
Implicar a la gente y hacer algo único, adaptado al espacio público concreto. Muchos diseños se reaprovechan de otros lugares donde han tenido éxito o porque estéticamente son atractivos, pero eso no significa que en otro lugar funcionen. Cada entorno, cada comunidad, es peculiar, y es la propia gente la que mejor lo conoce. Si los vecinos ofrecen sus ideas, de lo que podría funcionar y lo que no, de dejar abierta la posibilidad de cambiar, de que el lugar evolucione, tendrá más posibilidades de convertirse en un punto de encuentro social.
Peatonalizar los espacios, priorizar las zonas públicas para las personas y utilizar diferentes fórmulas para pacificar y reducir el tráfico rodado.
Aplicar medidas "LQC". Estas siglas provienen de las palabras inglesas lighter, quicker, cheaper (más sencillo, más rápido, más barato). La transformación del espacio público urbano no necesita grandes obras y presupuestos que se eternicen, sino iniciativas útiles y amigables con las personas. Las medidas pueden ser muy diversas, como ubicar sillas, puestos de venta de productos o de comida, piezas de arte hechas por los propios vecinos, sacar al aire libre actividades culturales, educativas, ambientales, etc., que suelen hacerse en el interior de edificios, instalar árboles o huertos urbanos, etc. De esta forma se logra además la participación e implicación de los ciudadanos.
Centrarse en la gestión del lugar, Incluso un espacio público con un mal diseño puede ganar vida si se gestiona bien. Las fuentes, las zonas verdes deberían estar bien cuidadas y la programación de actividades de todo tipo no deberían faltar. Un buen "placemaking" consigue que los propios vecinos realicen dichas actividades de manera espontánea y regular, y que conviertan el espacio en algo vivo, dinámico, abierto, participativo.
Conseguir espacios abiertos para todos. El objetivo no es que un determinado colectivo dinamice el cambio y se apropie con el lugar, sino que todo el vecindario y las personas que lo transiten puedan disfrutar del mismo y enriquecerse con la variedad.
Comenzar por las zonas con más posibilidades de éxito. Los lugares con colectivos interesados y que logren poner en marcha una iniciativa de este tipo servirán para que habitantes de otras partes de la ciudad vean sus ventajas y quieran involucrarse.
Iniciativas destacadas de 'placemaking'
Zonas urbanas en todo el mundo cuentan con iniciativas destacadas de "placemaking":
Broadway Avenue, Herald Square y Times Square (Nueva York, Estados Unidos). Se trasformó una parte de la calzada para darle un uso peatonal y de reunión de la gente mediante el empleo único de pintura y mobiliario urbano, sin necesidad de obras. Se colocan sillas y mesas móviles, de manera que las personas los utilizan a su antojo. Estos elementos se guardan luego por la noche, una tarea pagada por los negocios de la zona. Los robos son apenas insignificantes.
Calle Miquel Ricomà (Granollers, Barcelona). Se sustituyó el cordón de aparcamiento por jardineras y bancos, y se estableció la prioridad peatonal en la calzada y una velocidad máxima de 20 km/h para el tráfico. Los comerciantes de la zona sacan sillas para que se siente quien quiera.
Dreamhamar (Hamar, Noruega). Este proyecto pretende lograr espacios de networking urbanos, y es una iniciativa del estudio de arquitectos españoles Ecosistema Urbano, especializados en este tipo de diseños.
Miremos en las ciudades vecinas como se preocupan por brindar lugares comunes para sus ciudadanos y sus turistas. Poco parece importarles a las autoridades de Concepción del Uruguay, que nos quedamos en el tiempo cuando nuestra ciudad gozaba de lugares limpios y de paseo.Aquí dondes es limpia una zona lo primero que aparece son puestos de venta de choripanes, seguro que muy controlados por Bromatología, y no olvidarse que el camino de sirga bien gracias. Los ciudadanos también debemos defender nuestros espacios porque la "avivada" avanza.
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