Su nombre: ceibo o seibo, seíbo o bucaré. Fué declarada flor nacional del país, por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional-Nº 138474/42, del día 23 de Diciembre de 1942-. Es un árbol originario de nuestra América, compartiendo la denominación de flor nacional con el Uruguay; pero Brasil la posee y el Paraguay le canta en sus guaranias. Se encuentra próxima a los cursos de agua y a zonas pantanosas. Su color es un rojo carmín, sus raíces son sólidas y se afirman al suelo, contrarrestando la erosión que provocan las aguas. Lamentablemente, no la hacemos participar del paisaje de los paseos públicos, ni de las riveras que invitan al descanso. No incentivamos su presencia; preferimos árboles exóticos a él.
Según la tradición oral, es la metamorfosis de la indiecita Anahí en este noble árbol. Fué raptada por el conquistador español que por querer fugarse y matar un centinela es enviada a morir en la hoguera, por la noche. Al amanecer, en vez de su cuerpo quemado nació un árbol de hojas verdes relucientes y flores rojas aterciopeladas.
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